11/01/2012

DONDE HABITA EL OLVIDO






























(...)
Al principio,
cuando aún
se acordaba de andar,
de cagarse encima
o llorar,
la abuela nos hacía mucho
daño sin querer.
En las retinas lo guardo todo.
Mi madre
murió antes que ella
y nos dejó huérfanos a todos.
Aunque mi madre
se moría un poco
cada vez que la reñía
por beberse una botella de lejía
o desnudarse en la calle
como un bebé vagabundo.
(...)

Eva Vaz